martes, 22 de febrero de 2011

AMOR ETERNO: Iaia y Tata

El amor es un nombre en el sentido de un sustantivo
es un sentimiento, profundo y hermoso
tiene sus propias normas, su autonomía
su identidad,
su existencia como fuerz espiritual,
está en el aire...
y, por supuesto, no muere nunca.

Hoy siento especialmente el amor de mis padres
amor de muchos años y múltiples alegrías,
de encuentros jóvenes y maduros,
de mucho trabajo y muchos remansos.

Amor epistolar y a distancia,
de convivencia durante 54 años corridos,
de acuerdos y  argumentaciones.
De compañías y soledades.

Amor que se consolidó un 22 de febrero,
en un Mercedes Ctes. muy caluroso,
con una fiesta inolvidable bajo la parra,
cantando en la ventana,
con zapatos cambiados y metas seguras.

Amor de unión y distancias,
de creación y a veces separación,
de libertad y aceptación,
Sanagustiniano sin saberlo,
con libertad y sabiduría.

Muchas imágenes de amor cotidiano,
almuerzos compartidos,
cenas felices o interrumpidas por llamados
oportunos,
siempre vinculados a la luz,
al apagón, que nunca perduró
en este nombre.

Recuerdo olores, colores, sonidos,
pinos, pesebres muy grandes, mates compartidos.
Acuerdos y desacuerdos, siempre respetados,
Frecuencia de onda corta, lago, fútbol y volley.

Amor que viajó por Montevideo, Rincón y Salto
sembrando felicidad y amigos,
amor que sigue tocándonos con su magia.
amparo y sabiduría.

Amor que se consolidó un 22 de febrero,
pero siempre fue puro,
¡gracias por visitarme en este día!.

Amor que existe más allá de la muerte,
que todo lo puede,
que crea tanta energía ,
gracias por tocarnos hoy con tu varita,
gracias desde las entrañas y el alma,
gracias porque estás todavía,
en los ojos de nietos y bisnietos,
en el espíritu de Mauri,
en todo aquel que vive,
gracias por ser como eres,
amor eterno, fuerza y energía