viernes, 23 de diciembre de 2011

Caminamos con Mauri en la Navidad

Maite y su amiga en Palmilla

Gracias Mauri por compartir el camino y por tu luz.
En esta Navidad 2011 te recordamos especialmente y te extrañamos mucho.
Sabemos que estás aunque no te vemos...eres como el mar que no tiene fin.
Gracias Mauri por ser y...¡gracias por existir!






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martes, 1 de noviembre de 2011

Ilargia







Foto: Cecilia Gonz. Algorta





Es todo tan relativo... ...¡suerte que queda la luna!
Mauri: te quiero como ir a la luna y volver

"ilargiraino eta buelta maite zaitut"

No importa el día, ni menos la fecha, ni la muerte, ni la vida, no estoy sola si vos existís.




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jueves, 6 de octubre de 2011

Los creativos y la muerte de Steve Jobs

 Recordamos y agradecemos, desde este blog: "Con Mauri",  pues por seguro que Mauri también lo haría, la vida y maravillosa obra de Steve Jobs. Lamentamos que aún no tengamos una cura para el cáncer que nos lleva tantos sueños, pero así es la vida. Gracias, gracias Jobs por hacerla mucho mejor en tantos sentidos.


Este genio, un Miguel Angel de nuestro tiempo, como lo definen,  nos acompaña a diario, siempre lo recordaremos como el joven que convirtió el garage de la casa de sus padres en su taller, el que pudo levantarse de los fracasos, que pudo trabajar en diversos campos y triunfar; una persona que aportó mucho a la humanidad.

 Reflexionamos, bajo la luna de Los Cabos,  sobre la obra de Jobs que admiramos y sobre la vida, la muerte y el aceptar que a veces no se puede. Gracias por el I_pod que ayudó a Mauri en sus momentos difíciles en la Terapia Intensiva, como alegra y acompaña a tantos y tantos, gracias Jobs,  por ser un creativo, perfeccionista, testarudo y vegetariano.

Y...¡gracias a todos los creativos!

http://www.ieco.clarin.com/tecnologia/Steve-Jobs-trayectoria-creativo-limites_0_542945969.html


a b c «Perfiles: Steve Jobs, un genio con carisma». laflecha.net. Consultado el 1 de septiembre de 2009.






Malena Algorta

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Niños valientes

 La muerte es una parte de la vida, un tramo muy duro, pero es una experiencia  por la que todos vamos a pasar, tarde o temprano. Los niños, lo toman con mucho más naturalidad que los adultos,  por eso son un ejemplo.

Esta es la historia de un niño, de los Cabos, como Mauri. Vivió 7 años, sufrió leucemia, nos dejó su valentía, su aceptación y a un grupo de personas maravillosas que ayudan a muchos niños a recuperar su salud en los mejores hospitales y con la mejor tecnología.


Esta organización: "Children Foundation" ayuda a niños con diversas enfermedades y está recolectando fondos para hacer en Los Cabos un hospital  de oncología para niños. También, por supuesto que acompañaron y ayudaron  a Mauri, ¡gracias!


Honramos la memoria de Carlitos y nos toca profundamente su historia, que es en parte la de Mauri.
 ¡Gracias Children Foundation!

¡Gracias Carlitos!




http://www.loscaboschildren.org/lccf_history.php




Malena Algorta

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miércoles, 27 de julio de 2011

¡De Mauri para vos!

Drexler  Del otro lado del río

http://youtu.be/yA4bHCozULU


Le encantó la película, se entusiasmó mucho con el Oscar y Drexler se convirtió en un puente generacional .
Estando Mauri en la Terapia, le poníamos el I Pod y escuchaba durante horas, sin poder cambiarlo...lo acompañó mucho ¡gracias Drexler!

A veces la enfermera no quería que tuviera aparatos caros (sic) entonces le dejaba mi radio...(casi la skypa) con una radio que le gustaba del DF.
Eduardo solo pudo subir algo de música al I pod, a pesar de las explicaciones de Mauri, previas a que se pusiera tan mal. No teníamos buena conexión a Internet y cuando lo hacíamos era para buscar contactos, en el I Pod nuevo quedó Drexler y algo de música que subió Ceci.
De manera que,  este tema lo escuchó mucho, durante un mes al menos.

 




Boulevard of Broken Dreams    Green Day


Mauri lo cantaba súper bien. Intentó enseñármelo, pero sus esfuerzos fueron en balde.....claro ahora tengo You Tube , que facilita la tarea.
¡Parece que lo escucho cantando!



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¡Con Mauri por siempre!

 Maurizio Diego Satorno Algorta (13/7/1993-27/7/2008)
    (Mauri)

Hoy, justamente hoy, a los 3 años de su desaparición física, lo recordamos con inmenso cariño y mucha tristeza. Partió siguiendo "Una luz del otro lado del río", la música, especialmente los temas de Jorge Drexler, lo acompañaron durante los meses más difíciles, en la sala de terapia intensiva, cuando no podía dormir.


 Fue un niño alegre, juguetón e inteligente. Cursó la primaria en la Escuela N° 5 de Punta del Este, en sus patios vivió momentos de inmensa felicidad. Estudió inglés en el Instituto EuroAmerican English en Punta del Este dónde obtuvo excelentes resultados en los exámenes internacionales, aprendió mucho más que lengua y se divirtió mucho. Cursó primer año de secundaria en el Instituto Internacional Libertad, en San José del Cabo obteniendo excelentes resultados y perfilando un futuro. Le encantó esa experiencia.


Perteneció a la generación de los niños informáticos, característica que le proporcionó el sobrenombre,  que adoraba de Flaco Computadora. Jugó al fútbol en el Club Ituzaingó de Punta del Este, en SJC,  en su colegio, con el apodo de “el uruguayo” o el no tan fino de “el pija”, (el que conserva orgullosamente su hermano Fabri). Entró en el mundo de la lectura con Harry Potter y Tolkien, hobbie que lo acompañó mientras pudo sostener el libro, en los hospitales del IMSS (Instituto Mexicano del Seguro Social) cuando luchaba por vivir. Sus actividades favoritas: nadar, hacer snorkeling y jugar a los juegos de  computadora. Su juego predilecto: el lego. Tuvo vocación de periodista o arquitecto. Quería tomar clases de teatro.



Disfrutó de muchos amigos, recibió el cariño de sus maestros, familia, especialmente sus abuelos, con los que tenía una unión especial. Durante los meses de lucha contra el  astrocitoma bulbo-medular,  que presentó sus síntomas a mediados de julio de 2007, recibió la atención médica de excelencia, el cariño y el respeto de los doctores, personal médico, técnicos, enfermeros y voluntarios de los Hospitales de Pediatría y Oncología SXXI, así como también, en setiembre del 2007, del Hospital Colonia de Terapia Física del IMSS. Nunca vamos a terminar de agradecer a todos por el cariño que le brindaron a Mauri. ¡Gracias!



Regresó a su casa en San José del Cabo en febrero de 2008, donde lo esperaban sus hermanos y abuelos; también aquí,  recibió el apoyo de la comunidad y los amigos. Las organizaciones de ayuda a niños formadas por estadounidenses, canadienses y mexicanos le propiciaron acceso a toda la tecnología posible para el momento, medicina, regalos, oraciones, visitas, asistencia técnica y cariño: ¡gracias Liga Mac, Children Foundation, Mankind Organization y sus integrantes!



Si bien perdió sus movimientos, su posibilidad de comer y respirar naturalmente desde  octubre de 2008, su inteligencia,  conciencia y actitud estuvo con nosotros hasta un día antes de cruzar el río. Convirtió su habitación en su mundo donde pasó sus últimos momentos de conciencia, en ellos escuchaba “EL gourmet.com”,  pocos días antes de morir, se entusiasmó al ver a Drexler cocinando en su casa con Narda. Así como también entendió la visita del Sacerdote y la Eucaristía que le trajo la Sra Alma ¡Gracias!



Murió en el Hospital de Cabo San Lucas, al que había sido trasladado dos días antes y en el que fue tratado con amor y profesionalismo excepcional. Padres, hermanos y amigos uruguayos lo acompañamos, en ese examen, tal vez el más difícil de su vida, también de la nuestra.


Hoy vive en nuestro corazón, se aloja en nuestra glándula pineal, reflexionamos sobre sus enseñanzas,  lo tenemos presente siempre, pues sabemos que está, en forma diferente pero se siente. Recordamos vivamente en este día a los familiares de los adolescentes noruegos que fueron masacrados por el odio y la locura. Vaya a ellos nuestro amor y consuelo.



¡Gracias Flaco Computadora, por tu energía,  tu buen humor y tu fuerza! ¡sos un maestro de la vida! Gracias a todos los que quieren a Mauri, aunque no lo hayan conocido en su forma física!



























Malena Algorta

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martes, 12 de julio de 2011

Mayoría de edad

Las fechas y las etapas se crearon como una convención para que las personas vivamos en sociedad. A través de ella medimos el tiempo, sacamos nuestras conclusiones y hacemos historia, todos somos historiadores, ya lo decía Bloch.


Sabemos que la lógica y la linealidad no se dan en la vida, que todo puede cambiar en segundos, que  puedes vivir 100 años o 14 y no hay una relación causa –efecto que lo determine. Y pasamos mucho tiempo de nuestra vida “despotricando” absurdamente contra el tiempo: no sé cómo se me fue el tiempo, llego tarde a la clase, este bendito reloj se para (…) (quien escribe puede contar mil anécdotas al respecto, en México con el ahorita se siento súper). Pero a pesar de esto,  las fechas nos clavan, nos focalizan en momentos y esos recuerdos calan hondo, aunque a veces es un dolor "agridulce".

Hoy Mauro estaría cumpliendo 18 años, fecha importante si las hay, puedes manejar, vas a la Universidad, ya eres independiente, si así lo decides. Mauri en realidad fue adulto cuando supo asumir su propia muerte, encararla y morir en paz. Mauri sabía que moría, la Doctora Griselda Ramírez, valientemente, se sentó en el borde de la cama en el Hospital SXXI y le dijo que a partir de ese momento no tendría mejoría, no podría respirar sin ventilador, no podría lograr más movimientos, ya no habría vuelta atras.  Mauri vivió con eso en su cabeza por unos 6 meses más, sin poder comunicarse verbalmente, asumiendo su muerte, abrazándola, esperándola. Creo que cumplió sus 18 años, aunque en la cronología occidental tuviera 14.

A veces los minutos no tienen 60 segundos.

El tiempo no tiene espacio y el amor no tiene tiempo, “puede todo, supera todo no termina nunca”, en esta dimensión sé que Mauri festeja su mayoría de edad y nosotros lo vamos a recordar feliz, sabio, dulce y juguetón.

En la playa Chileno Bay haciendo snorkeling y muy transpirado.

Aydudando a su madre  con la compu.

Sería muy guapo,” está quedando lindo” decía abuelaElsa, parecido a su abuelo Egidio. "Vas a tener hijos buenos mozos, de nariz aguileña"  pronosticó la tía y madrina  Josefina (Chita) cuando conoció al papá de Eduardo y como siempre, tenía razón.

Tendría muy buenas calificaciones y estaría entrando en una Universidad, siempre estudiando algo relacionado con la informática.

¿Sería así?

No lo sé, en realidad nadie lo puede afirmar,  ni negar, así que se sienta la hipótesis.

Los recuerdos vienen y son hermosos, un bonito jardín mexicano, con un restaurante italiano, pocos comensales, una muy buena anfitriona, de familia italiana ella.

Mauri comió, mucho, es decir, casi al nivel de uno de los pecados capitales. Todos comimos y reímos, la dueña cantó en italiano e inglés. Por supuesto que la orquesta le cantó el Happy Birthday, Las mañanitas, el Tanti Auguri y el tradicional Feliz Cumple.Este último a cargo de la entonada familia y Fabri.

Un matrimonio estadounidense bailó un rock y la otra pareja estelar fueron Mauri y su mamá. (La pata dura le dicen)

¡Con el horror de Fabri! Mauri sin nada de “pena” celebró sus 13, feliz, descubriendo un mundo nuevo, lleno de proyectos, esperanzas y expectativas.

La catarata de la vida en el “corto plazo” le mostró su otra faceta, la difícil aunque plena, la que todos vamos a vivir, esto es un hecho.

“Lindo haberlo vivido, para poderlo contar” dijo el poeta.

Hoy celebramos los 18 de Mauri, él baila con nosotros de otra manera, está,  pero no lo vemos.

Pero sabemos que nos acompaña, en otra dimensión, en otro espacio.

Quizás en silencio le cante "Las Mañanitas…"

Quizás en silencio baile un rock….



Mauri junto a su compu, (hoy no la querría tanto), con 13 años, feliz, pensativo y con calor, unos meses antes de su encontronazo con el astrocitoma bulbomedular. El reloj fue su regalo del cumple 13.

miércoles, 6 de julio de 2011

Desde México, pensando en Berta Slepovich, aula y tamboril.

La muerte de personas jóvenes, en  el mejor momento de sus vidas,  nos deja  confundidos, angustiados y con una sensación de impotencia. No entendemos  qué es lo que hace que un tumor ataque a un niño o que un minuto de mala suerte se lleve la vida de alguien joven. Berta es una chica de Punta del Este (Uruguay), maestra ( maestra de lengua, además), que estaba comenzando un proyecto y triunfando en el Carnaval cuando sufrió un encontronazo con el cáncer.


Berta es muy importante en nuestra familia, fue  una de las primeras maestras de inglés de “los chiquitos”, Mauri y Fabri: “hacemos juegos, cantamos y bailamos”, aunque con mucha autoridad, “no se puede armar relajo”.

Ese grupito fue su primera experiencia como “teacher”  y bajo la estricta supervisión de Alma, la Directora del EuroAmerican English,  anduvo”alto del piso“ todo el año,  pero con excelentes resultados. En ese momento terminaba su Prepa, tendría unos 17 o 18 años. Tuvieron otras clases en los años siguientes y un poco antes de venirnos para México, nos enteramos que participaba en el Carnaval, ¡estrenó las  comparsas en Punta del Este!

 ¡Mauri estaba muy entusiasmado con el debut de su maestra!


Berta,  junto con Alma, Estrella y  todo el grupo del Instituto siguió y acompañó a Mauri en su lucha contra el cáncer, nunca hubiéramos pensado que a los meses tendría un camino similar al de su alumnito ¡Paradojas del destino!

 


Seguimos desde México la lucha de Berta contra la leucemia, la ayuda de  su familia, sus amigos y todo el pueblo. Su blog,  que muestra  su valentía. Sabíamos  de su viaje a España. EStábamos convencidos de que iba a superar esta crisis, es que  después que te enfrentas con un tumor cerebral,  la leucemia  no parece tan grave, es curable, al menos.  Pero como siempre,  las estadísticas nos juegan malas pasadas,  habría que erradicarlas del vocabulario médico.


Nos ilusionamos o las interpretamos subjetivamente y cuando la cruda realidad toca nuestra puerta,  no nos podemos convencer. 


¿Por qué Berta, con esa vitalidad asombrosa,  no está entre las personas  que sobreviven el cáncer? Cuerpo perfecto, ritmo, exuberancia, maravilla, solo tuvo una falla de software, como le explicaba la neuróloga a Mauri.


¿Por qué no quedó en el rango positivo de las estadísticas?


Esta pregunta es inconducente, pues la vida no es lineal, ni lógica y decididamente no es  justa, es vida.

Hay que vivir con ganas, con esa fuerza y energía que nos dejan los pasos de Berta o la mirada de Mauri.

Esperemos que ellos se encuentren en otra dimensión, con otros cánones, pero con la misma unión  de  maestro y alumno ¡Con repique y tambor  en  el cosmos!


Queremos  recordar a Berta como la maestra joven, bonita, seria y grandota que nos entregaba los niños en la puerta del viejo EuroAmerican.

Queremos recordarla como la joven sorprendente, representante del Carnaval uruguayo y puntaesteño, como esta maravilla de la vida. También con mucha emoción y mucha nostalgia.
¡Como una representante de la cultura uruguaya y una obra de arte!


¡Gracias maestra!



Berta en otra entrada de este blog y hermosa tambien en un folleto del prestigioso EuroAmerican English de Punta Uruguay.

http://conmauri.blogspot.com/2009/04/teachers-otras-de-las-mujeres-en-la.html



http://www.montevideo.com.uy/nottiempolibre_140511_1.html

















Malena Algorta

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miércoles, 1 de junio de 2011

Un ejemplo de duelo

Artículo de un chico que perdió su hermano, cuenta sus sentimientos y sus historias con su perro.
Marcelo Puglia.
Me hizo pensar en Uruguay, la adolescencia, los sentimientos de Fabri que tanto extraña a Mauri, que siente que borró todos los recuerdos. Siento que de alguna manera representa a Mauri, es la experiencia de un adolescente frente a la muerte, su forma de hacer el duelo.

http://blogs.montevideo.com.uy/bloghome_19839_1_1.html

El perro que cambió nuestras vidas

"Rabito entró en mi vida cuando yo tenía 14 años. Era un época difícil, el liceo, las peleas constantes con mis padres, las primeras novias, los granitos en la cara y principalmente la muerte de mi hermano.


Cuando cumplió 18 años ya estaba en la facultad y papá como premio le dio un auto. El primer sábado que salía con sus amigos chocó contra una columna. Fueron 15 días en coma, lo que aumentó aún más el sufrimiento de la familia. Mis padres envejecieron 15 años en dos semanas.




Pasaron más de dos meses de aquella noche, cuando Rabito apareció en la puerta de casa (mejor dicho en la ventana), a partir de ese momento cambió radicalmente nuestras vidas.


Era un perro callejero muy especial, blanco con manchas negras, peludo, con una cola que nunca paraba de moverse. Debía estar con tres meses cuando aquel domingo lluvioso empezó a ladrar debajo de mi ventana, eran las 7 de la mañana, recuerdo la hora con precisión, pues fui yo el que abrió la abrió con ganas de matar a aquel animal que no estaba dejándome dormir. Al abrirla los ladridos pararon. La cerré y nuevamente empezaron. La abrí de nuevo y allí estaba, me miró y ladró, movió su colita incesantemente, y podría jurar que se rió.






Respondí con otra sonrisa, esa si de verdad, y le pregunté que quería. Aquella bolita peluda ladró y se apoyó con sus patitas en la pared. Prácticamente me colgué de la ventana, lo agarré y lo metí en mi cuarto. Desde ese momento, raramente o por motivos muy especiales él saldría de allí.






Le había preparado a mis padres un largo discurso de todos los beneficios de tener un perro en casa, como eso podría ayudar en mi desarrollo y un montón de bobadas. No fue necesario, ellos se limitaron a decir “está bien”, no porque les agradase la idea de tener un animal en casa y si porque todavía estaban en estado de shock y casi más nada les importaba, hasta llegué a pensar que yo no tenía la menor importancia.




Aquellos meses fueron interminables, sabía que el tiempo se encargaría de poner todo en su debido lugar, pero el golpe había sido demasiado grande.


Mi hermano era el ídolo de la familia, alto, fuerte, inteligente, parecía indestructible. Y a pesar de ser tan joven me enseñó muchas cosas, a besar, a entender un poquito a las mujeres, si es que eso es posible, a jugar al fútbol (nunca tan bien como él lo hacía), como estudiar y memorizar las lecciones, sin duda mi hermano también era mi ídolo.



A pesar de saber que la naturaleza no estaba ayudándome mucho (a los 14 años medía poco más de un metro y medio, mi hermano a esa edad casi uno ochenta), no tenía un porte atlético, casi repetí de año, introvertido, tímido, en fin, no era lo que se puede llamar el orgullo de la familia.


Fue en esa tremenda crisis que Rabito empezó a ser parte de muestra historia.




Desde la primera noche durmió en mi dormitorio, arriba de la cama, en invierno el bandido amanecía debajo de las frazadas, y ni pensar en sacarlo, pues había crecido tanto que ni un guincho conseguiría levantarlo, además tenía el sueño más pesado que vi en mi vida…

En un año llegó al tamaño que sería el de toda su vida, creció por lo menos cuatro veces más que aquel día en que apareció debajo de mi ventana.




Rabito se transformó en mi confidente, mi grande y a veces único amigo.




Llegaba del liceo corriendo para abrir la puerta y verlo saltar sobre mi lamiéndome sin parar y moviendo su colita a una velocidad supersónica. Nunca entendí por qué tanta alegría y desespero. Podrían pasar cinco minutos que si yo saliese y entrase de nuevo, el festejaba otra vez.





Yo subía a mi cuarto corriendo, tiraba la mochila en la cama (él siempre atrás mordiendo mis tobillos) y lo llevaba a pasear. Era más fácil enlazar un buey que colocarle el collar, Rabito, lo detestaba, era una pelea para ponérselo, pero finalmente entendía que solamente así iría a la calle, todos los días era la misma lucha.




Íbamos siempre a una placita cerca de casa, había un lugar que nos encantaba, la vista era maravillosa, acostado en el pasto admiraba todo alrededor, el lago, los árboles que lo cercaban, el cielo azul, el sol en mi rostro, era el mejor lugar del mundo para un chico de 14 años pensar en la vida.



Reflexioné muchas veces con Rabito sobre todo lo que estaba pasando, algunas veces él me escuchó, otras estaba ocupado corriendo detrás de los pájaros que frecuentaban el lugar, y que -tengo que confesarlo- odiaban a aquel perro loco, si pudiesen hablar dirían “como puede ser tan bobo, todos los días hace lo mismo: nos corre como un loco con la lengua colgando, ladrando, babeando”. Rabito repetía diaria y religiosamente todo lo que le hacía feliz. Con los años aprendí la lección y me di cuenta que él no era bobo y si muy inteligente.






Con el pasar del tiempo las cosas mejoraron en casa, si bien mis padres nunca superaron el trauma, estaban por lo menos más resignados, y se dieron cuenta que el que había muerto era mi hermano y no yo.



Rabito era cada vez más parte de la familia, mi padre que al principio no le daba importaba mucho, se había encariñado con el bichito, a pesar que por detrás de su orgullo intentaba esconder sus verdaderos sentimientos. Algunas veces los pesqué jugando y peleándose, sea por el simple robo de un zapato o por aparecer alguna media destruida debajo de la cama. Siempre terminaba diciendo “este perro no tiene arreglo”.





Mi madre en un invierno muy riguroso le tejió a Rabito un tipo de buzo, era rojo y verde, ella se lo puso, cuando llegué de la escuela y lo vi, no pude dejar de soltar una carcajada. Estaba preciosamente ridículo, él lo sabía, pero como era un payaso no le importaba. Vistió su busito durante todo el invierno. No quería sacárselo ni para bañarse, mi madre se sintió toda orgullosa por la receptividad que el regalo había tenido.




Se pasaron otros inviernos.
Fue a Rabito a quien le conté mi primera vez, fue con él que lloré cuando aquella idiota no quiso saber más de mi.


Con mi primer sueldo le compré un hueso de goma que le duró meses, hasta deshacerlo completamente.


Me alejé un poco de aquella pelotita de pelos, cuando entré en la facultad que quedaba a 300 kilómetros de nuestra ciudad.

Al principio fue difícil, mis padres me contaron que Rabito no estaba comiendo, muy triste se tiraba en un rincón del comedor hasta que llegaba la noche, cuando se iba a nuestro cuarto, se acostaba en la cama y esperaba que yo llegase.


Cada 15 días yo volvía y la alegría era la misma de siempre, saltando como un loco. Volvían los paseos al lago, donde el continuaba corriendo atrás de los pájaros, en esos fines de semana no se separaba de mi ni un segundo. Hasta cuando me iba a bañar, se quedaba en la puerta, esperando que saliese, y claro, era nuevamente una fiesta.



Con el tiempo se acostumbró a mis visitas esporádicas y ansiaba por las vacaciones donde pasábamos varios meses juntos.


En una de esas vueltas regresé con mi primera novia, fue aprobada por todos, menos por él. No paraba de ladrar, probablemente por ser la primera vez que me veía de manos dadas y tan junto a alguien.


En el cuarto fue una pelea, el hasta entonces amo y señor, veía su espacio invadido. De mañana no conseguía moverme, mi novia me abrazaba de un lado y Rabito del otro presionando a los dos contra la pared. Esa pelea duró varias semanas, hasta que terminó aceptándola, pero eso fue casi al final, cuando nuestra relación estaba agonizando.


Un jueves mamá me llamó desesperada, Rabito no estaba bien y mi papá corrió con él hasta el veterinario. “Parecía que era algo malo” me dijo mamá en voz baja, como si susurrando disminuyese la gravedad de la enfermedad.

Volví a casa esa misma noche, llegue casi de madrugada. Mamá me llevó a la clínica donde papá había pasado la noche (volvió a casa apenas para cenar y bañarse). El viejo estaba cansado, abatido, cuando me vio me dio un fuerte abrazo y sus ojos se llenaron de lágrimas, la situación, guardando las debidas proporciones, me hizo acordar a otra similar ocurrida algunos años atrás.


Al parecer, Rabito había tenido un problema cardíaco, algo crónico nos contó el veterinario en un tono altamente académico. Tendría que tomar remedios durante toda su vida “No corre riesgo de muerte, puede ser que un día se vaya de causas naturales, no es para preocuparse”, nos dijo aquel hombre con aires de cardiólogo internacional.

Mi padre desde ese momento cuidó de Rabito como si fuese la cosa más importante en su vida, del trabajo llamaba por teléfono para preguntarle a mamá si no se había olvidado del remedio. Ella me contó que de noche cuando sentía que la respiración de Rabito no parecía normal, se levantaba de la cama y se quedaba a su lado, hasta que se le pasase. Con el tiempo Rabito se acostumbró a dormir en el cuarto de ellos, solamente en los fines de semana venía a dormir conmigo, pero de madrugada cuando se imaginaba que yo estaba en el quinto sueño se iba al cuarto de mis padres. A mi siempre me pareció que era una deuda de gratitud, estaba premiándolos por la manera como lo cuidaban.



Cuando terminé la facultad volví a casa. Mi carrera, mi empleo, mi novia. No tenía la altura de mi hermano, nunca la tendría, ni sería el atleta que él fue, pero estaba haciendo las cosas correctamente, mis padres estaban orgullosos del hijo que no se murió.


Mi novia se hizo muy amiga de Rabito, esta si le gustó.


A veces cuando iba a casa y no me encontraba, ella lo sacaba a pasear. Muchas veces los fui a buscar a la placita. Ella se recostaba contra un árbol y le gritaba que parase de correr atrás de los pájaros, el ladraba como si quisiese decir “está bien, está bien”, pero seguía corriéndolos.



Yo llegaba por atrás, le tapaba los ojos y ella empezaba a decir varios nombres para dejarme enojado, el último era siempre el último. Yo la abrazaba y me tiraba arriba de ella, la besaba dulcemente, y Rabito venía como un tren descarrilado y saltaba sobre nosotros. Eran momentos inolvidables y muy felices entre ladridos, gritos, risas y mucho amor.


Mi mamá falleció exactamente 12 primaveras después de la muerte de mi hermano. Muy joven, una bella señora, inteligente, delicada, ella sabía oír, una virtud rara en la mayoría de las personas.


Intenté acordarme de algún día en que ella hubiese levantado la voz, pero no lo logré. Para doña Coca todo era diálogo, conversación, siempre queriendo que todos se tranquilizasen, mi madre fue una gran mujer.


Rabito a pesar de racionalmente ser imposible que supiese o sintiese lo que estaba pasando, parecía triste, durante días no ladró, ni movió su colita supersónica.


Mi padre llevó este dolor mejor que el otro, por lo menos era lo que aparentaba.


Rabito pasó desde ese momento a ser su amigo, confidente y compañero fiel, principalmente después que se jubiló.


Daban largos paseos juntos, a pasos cortos, pues la edad estaba llegando para ambos.


Rabito tenía reuma, mi padre le hacía masajes en sus piernas, y el bandido se dormía en el medio de la sesión, mi padre lo miraba y decía “que buena vida tiene este bacán”.



Más de una vez, al llegar del trabajo, encontré a papá llorando: él decía que era porque estaba muy sensible y cualquier película lo hacía moquear, yo sabía que era mentira, la nostalgia que lo invadía era enorme.


Cuando Fernanda me contó que estaba embarazada decidimos casarnos. Nos amábamos desde el primer beso, teníamos todo en común, era la persona que siempre soñé.


Mi idea era no salir de casa, había espacio suficiente para todos, pero el viejo siempre fue muy especial para esas cosas, y le pareció que deberíamos tener nuestra independencia. Fue así que él y Rabito se quedaron viviendo en aquella inmensa y vacía casa, acompañándose uno al otro.



La vejez lo agarró primero a Rabito. Los paseos eran una vez al día, siempre a la noche. Rabito a veces hacía pichi en los rincones de la casa, no podía aguantar. Cuando eso pasaba, lleno de vergüenza raramente salía del cuarto, mi padre limpiaba sin decir nada, pienso que sentía lástima de ver a su amigo en aquella situación. Era una silenciosa complicidad que solamente ellos entendían.


Mi hijo nació un domingo lluvioso como aquel en que Rabito ladró debajo de mi ventana. Mi padre me dio un abrazo, que pareció ser eterno. Yo sentí en ese momento el espíritu de los que ya no estaban, un poco de mi hermano, de mi madre y de Rabito.


Rabito había muerto unos meses antes, se fue en una noche llena de estrellas, mi padre nos contó que algo hizo que se despertarse y fuese a verlo. Lo acarició, Rabito abrió los ojos y respiró hondo, fue su último suspiro. Papá emocionado nos siguió contando “por increíble que pueda parecer tuve la nítida impresión que se estaba riendo, pero ¿eso será posible?

Rabito fue muy especial en nuestras vidas, llenó un vacío, dos vacíos, todos los vacíos de una familia especialmente igual a tantas otras.


Nunca nos pidió nada, apenas nos dio.

Nos dio alegría, compañerismo, daba ganas de vivir y fue gracias a él que todos pudimos sobrevivir en aquellos momentos tan difíciles.





Ahora, sentado con mi esposa, en este verde césped, viendo a mi hijo correr detrás de aquellos pájaros, se cuán importante en nuestras vidas fue aquella pelotita peluda y lo mucho que nos hace falta.




En algún lugar, en otro mundo, o quién sabe en otro tiempo….


...un perrito viste un ridículo busito rojo y verde, que una bella señora terminó de tejer. Moviendo sin parar su colita supersónica corre atrás de un ágil adolescente, pero antes de alcanzarlo y morderle sus tobillos, el chico vuela y sentado en lo alto de una nube sonríe feliz, el perro ladra sin parar, como hacía con los pájaros, en otro tiempo, en otro lugar y en otra vida."



Gracias  por tu escrito, una parte de la vida, dura por momentos  pero siempre plena, muy emotivo, este artículo.



Malena Algorta

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viernes, 27 de mayo de 2011

Obras de Leonora que a Mauri le gustan

Malena Algorta






Dragones, laberintos, figuras fantásticas, temas que a Mauri le fascinan. En el Pan de Azúcar, un cerro de Piriápolis, Uruguay, hay un laberinto de árboles, a Mauri y Fabri les encantaba perderse. Me imagino a Mauri deleitándose en estos laberintos mágicos, adaptándolos a sus juegos de compu...

Recorrer la exposición permanente de la Marina del Puerto de los Cabos es una experiencia maravillosa, hermoso lugar para tomar unos mates mirando los yates y meditando. Digo lo del mate por la diversidad cultural, pero el H2O está muy bien, no olviden el sombrero y bloqueador y zapatos cómodos. No estaría mal el bikini para darse un chapuzón, todo muy completo.
Gracias Leonora por este otro mundo que nos dejás...................
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Leonora Carrington

Malena Algorta

  Ayer jueves 27 de mayo, estaba absorta en mis pensamientos, muy nerviosa observando un partido de Fabri en el Estadio de Santa Anita, es un pueblo muy cercano a San José. Más allá de los resultados del partido, que no eran muy optimistas (en ese momento iban 4 a 0 y recibieron otro balón más tarde), estaba como una orgullosa madre considerando si en esa figura delgada y muy rápida que se esbozaba detrás de la nube de arena y polvo no habría un Messi en ciernes....
Recibí el mensaje en mi Nokia (yo le digo “blue berry.”...) era el siempre  presente UNONOTICIAS, siempre me  manda mensajitos....Separé el aparatejo, a unos 50 cms, (cosas de la edad ¿vio?) y me enteré  del fallecimiento de Leonora Carrington a los 94 años de edad.....


Leonora Carrington es una mujer maravillosa, pintor, escultura, escritora, defensora de los derechos de las personas. Nació en Inglaterra, de una familia de origen irlandés y de muy joven se conectó con el Surrealismo. “El Surrealismo me encontró a  mí” como dice ella. Conoció a Picasso y formó parte del grupo de pintores que se opusieron a  los Nazis, cosa que le valió tener que huir de París, pasar por España, donde se escondió en Hospitales  Psiquiátricos, tema que aparece en su pintura y luego emigró a México, que la recibió con los brazos abiertos como siempre.
Durante muchos años vivió aquí y su obra tomó la forma muralista propia de México, color, figuras, símbolos, multiculturalidad.
En San José del Cabo hay una exposición permanente de Leonora en la Marina de Puerto de los Cabos, es un lugar espectacular, donde el ambiente, la bahía, el estero, el cielo se integra con la obra de esta “mujer de dos tiempos”.(Andrade, Lourdes 1998)
Es un paseo obligado de “Spanish in Cabo”, donde  junto a las personas que buscan comunicarse en español admiramos sus inmensas esculturas y las reproducciones de sus obras, llenas de magia y nunca casuales.
Leonora es una mujer que honró la vida y me gustaría honrarla y agradecerle por su obra, su defensa de la paz, de los derechos de las mujeres, por sus escritos tan mágicos, su buen dominio del español.
Me encanta recorrer ese lugar, viajar por el tiempo adentrándome en sus cuadros, dónde el tiempo no es tiempo, lo imposible es posible, donde  encuentras la otra dimensión.
Dimensión en la que ella está ahora con Mauri, mi niño de la otra dimensión,  que seguro la recibe y la apapacha, pues a él le hubiera encantado su obra compleja y mágica.
Gracias Leonora, ahora estás en un mundo que incluye muchos tiempos y todo es muy, muy simple, pero tú te comunicas con nosotros  a través de tu obra, ese es un gran privilegio de los artistas.

Los que tengan el placer de vivir o visitar San José no dejen de visitar este hermoso lugar y recordar a esta hermosa mujer que abandonó su vida terrestre el miércoles 25 de mayo del 2011 pero que vive en su obra, trabajadora incansable hasta un mes antes de morir.
Salud Leonora!


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viernes, 22 de abril de 2011

Viernes Santo: Pasión,aceptación y ternura

Hoy recuerdo especialmente a todos los que están sufriendo o han sufrido una pasión. Por diferentes motivos, físicos o humanos,  situaciones que interrumpen un devenir,...¿o estaría todo escrito?

Es un día triste o quizás silencioso, de profunda reflexión sobre la vida, porque la muerte y a veces la pasión es parte de la vida.

Pienso en Mauri, sus meses de enfrentamiento con el cáncer, de lucha mental, de aceptación, de profunda tristeza y soledad en silencio, a pesar de todos los que lo rodeábamos.

Diferentes tipos de pasiones, pero en todas hay aceptación, de lo contrario no es pasión, es desgarro, es lucha...
Estar separado de tu cuerpo, tener todos los órganos perfectos pero no poder controlarlos debe ser algo muy dificil de aceptar, una corona de espinas, que se incrusta lenta y porfiadamente destructiva, pero Mauri lo aceptó y lo sobrellevó con entereza, y con dignidad. ¡Es un héroe!.
Ese espíritu guerrero vive en el canto de los pájaros, en el mar, en los cantos, en las flores.
Mauri es ternura, es pasión y es aceptación.



Malena Algorta


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sábado, 5 de marzo de 2011

El Yin , el Yang y los encuentros.

En estos días he pensado mucho en Mauri, la rutina de trabajo fuerte de estos meses más los exámenes del Master, la emoción de las celebraciones familiares, (cumpleaños, aniversario de mis papis) hicieron que los momentos de encuentro con uno mismo, fueran, aunque cortos, muy, muy intensos.


Sigo encontrando a Mauri en los momentos más insólitos y de la manera más diferente, pero siempre, siempre, a pesar de la angustia que me provoca, me encanta. Es, tal vez, un recurso de permanencia, o el resultado de mi imaginación...



Hoy por ejemplo, lo veía en Sofía, una niñita italiana, que vive temporalmente en Cabo, es idéntica a Mauri, cuando chiquito, delgadita graciosa, alta y con mirada inteligente, ¡me alegra la vida mirarla!


La clase de yoga es un momento clásico de visita de Mauri, el jueves pasado, la super instructora Gabi, propuso una prolongada sesión yin, después de unos cuantos saludos a la luna, chaturangas y guerreros, no se crean que "la llevamos leve"....En las posturas o asanas algo incómodas, debes relajarte y respirar...y bueno tu mente vuela...a mí se me aparece Mauri. Es que durante unos 4 años practicamos yoga con Alma y las perras en su casa, Mauri, Fabi y los demás dormían, era relativamente temprano y la casa de Alma era a la vuelta de la nuestra en Punta. Este secreto o reunión a la que no estaban invitados provocaba en Mauri la necesidad de participar, así que inventando cualquier excusa, llegaba a la casa de Alma, y siempre lo hacía en el momento final, el de la relajación. La sesión terminaba abruptamente, Mauri golpeando despacito la puerta, con sus ojitos compungidos y su cuerpo larguirucho, los perros ladrando: ¿hay azúcar, mamá?
Es así que cuando empiezo la relajación, y la hermosa voz de Gaby nos guía, toc-toc, unas hermosas manos, unos ojos brillantes con pestañas de estrella de cine me acompañan.

Hermosos momentos, que aparecen en el yin, y me hacen reír-llorar a la vez, mis compañeros de yoga deben pensar que esta "argentina" enloqueció.

¡Gracias Mauri por tus enseñanzas y tu alegría!
¡Ojalá golpees la puerta siempre, en el yin y ...en el yang y siempre!
Gracias Mauri...y ¡gracias por existir!





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Atrapados

Hace uno rato miré el documental completo "Presunto culpable", en el Fb, las peripecias de Toño un chico mexicano, acusado injustamente de homicidio, que estuvo preso, dos años y medio, declarado culpable y gracias a un movimiento muy inteligente de 3 abogados y la familia y el increíble control mental de Toño, pudo finalmente salir absuelto.



Al chico le gusta el rap, dice que tienes que correr, picar elevarte y caer, que no hay nada más que hacer, el tema es que no siempre vas a caer bien. ¡Tan simple como picar y dar  una vuelta por los aires!

Mauri y Toño saltaron y no siempre cayeron bien...siento que Mauri, aunque no bailaba rap, descubrió este principio de la aceptación del destino, sin desesperarse, haciendo lo que hay que hacer.



Para Toño, la vía de escape para soportar los terribles años que pasó en prisión fue el baile de rap, para Mauri la lectura. Toño es acusado en julio del 2007, el mismo año y mes  en que Mauri se entera de su tumor, los dos pasan momentos muy duros, sin libertad, con mucha aceptación y sabiduría.



Los dos son dignos de admiración por su fortaleza y control.



Mauri encerrado por su astrocitoma, Toño por el sistema y la burocracia, casuales, casualidades.
Los dos atrapados con distintos tipos de tumor, en la misma ciudad, en la misma época.¡Ojalá se encuentre la cura!


Me alegro mucho por Toño y su familia y recomiendo vivamente el documental, es free en You tube, ¡hay que verlo! y hacer algo por vivir en la verdad y por hacer lo que hay que hacer. ¡Con sendos pañuelos, por favor!

http://www.youtube.com/watch?v=ncQ-sej1D5w

Quizá Mauri bailara Rap, su amigo Andres lo hace...quizá bailara otros ritmos, pero siempre es cuestión de dar vueltas y esperar.

Malena Algorta

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martes, 22 de febrero de 2011

AMOR ETERNO: Iaia y Tata

El amor es un nombre en el sentido de un sustantivo
es un sentimiento, profundo y hermoso
tiene sus propias normas, su autonomía
su identidad,
su existencia como fuerz espiritual,
está en el aire...
y, por supuesto, no muere nunca.

Hoy siento especialmente el amor de mis padres
amor de muchos años y múltiples alegrías,
de encuentros jóvenes y maduros,
de mucho trabajo y muchos remansos.

Amor epistolar y a distancia,
de convivencia durante 54 años corridos,
de acuerdos y  argumentaciones.
De compañías y soledades.

Amor que se consolidó un 22 de febrero,
en un Mercedes Ctes. muy caluroso,
con una fiesta inolvidable bajo la parra,
cantando en la ventana,
con zapatos cambiados y metas seguras.

Amor de unión y distancias,
de creación y a veces separación,
de libertad y aceptación,
Sanagustiniano sin saberlo,
con libertad y sabiduría.

Muchas imágenes de amor cotidiano,
almuerzos compartidos,
cenas felices o interrumpidas por llamados
oportunos,
siempre vinculados a la luz,
al apagón, que nunca perduró
en este nombre.

Recuerdo olores, colores, sonidos,
pinos, pesebres muy grandes, mates compartidos.
Acuerdos y desacuerdos, siempre respetados,
Frecuencia de onda corta, lago, fútbol y volley.

Amor que viajó por Montevideo, Rincón y Salto
sembrando felicidad y amigos,
amor que sigue tocándonos con su magia.
amparo y sabiduría.

Amor que se consolidó un 22 de febrero,
pero siempre fue puro,
¡gracias por visitarme en este día!.

Amor que existe más allá de la muerte,
que todo lo puede,
que crea tanta energía ,
gracias por tocarnos hoy con tu varita,
gracias desde las entrañas y el alma,
gracias porque estás todavía,
en los ojos de nietos y bisnietos,
en el espíritu de Mauri,
en todo aquel que vive,
gracias por ser como eres,
amor eterno, fuerza y energía

miércoles, 26 de enero de 2011

Los ojos de Mauri

El tiempo corre y fluye,
los días se van, cosas buenas y malas
pero tu mirada sigue en mi,
ojos con pestañas de estrella de cine,
siempre estarás conmigo.

Pero hay veces que quisiera que estuvieras aquí,
con tu hermoso y alto cuerpo,
con tus chistes irónicos, y tus bonitas manos.
Tengo tu espíritu con toda su energía,
¿debería ser suficiente?