miércoles, 31 de octubre de 2012

Halloween: las fechas, las tradiciones y las emociones


A menudo decimos o escuchamos la frase: “el tiempo vuela”, “se me pasó el año tan rápido”, el poeta sabiamente dijo hace ya 4 siglos:
“Ayer se fue,
Mañana no ha llegado,
hoy, se está yendo
sin pasar un punto.
Soy un fue,
un será y un es,
cansado”.


Por eso las personas en todas las civilizaciones  inventamos los calendarios y sus consiguientes fechas.
Estas nos planifican y nos organizan (muy importante en el mundo funcional y capitalista); hasta nos crean un pasado mítico y así, un hombre que pasó sin que muchos lo notaran y murió olvidado, se convierte, por una necesidad de un país, en un personaje al que todos recordamos en sus fechas importantes, tales como, nacimiento, bautismo y muerte, fechas  que antes solo recordaba su mami. Por supuesto, no nos olvidemos de las "santas" victorias militares (aunque los ejércitos, en algunos casos no sean, precisamente organizados, ni formales, pero esta paradoja es para otro post); lo importante es que estas fechas,  cuando éramos niños, las esperábamos ansiosos para jugar bajo la lluvia: ¡qué hermosos los feriados!

Y esto sí tiene sentido, estos momentos de auténtica felicidad son mojones importantes en la vida de una persona. Cada generación va aportando alguna innovación y se crea así la cultura. En la época de mi madre se recordaban mucho las fechas de los santos y de la Iglesia; más adelante se fueron incorporando otras celebraciones: el día de la raza, el día de los animales, el día del niño  (este produce mucha felicidad, aunque hay que sacarle el tufillo comercial, pero de esto debemos encargarnos los mayores); el día de la mujer, el día de la lucha contra el cáncer y podríamos seguir.

Nosotros nos emocionábamos con los feriados, quien escribe recuerda hojear el almanaque (con imagen bucólica, nada de chicas en "dos piezas") en la cocina de Rincón del Bonete a mí solo me importaba saber cuándo tenía el día libre para jugar. Nuestros hijos también hacían lo mismo y en esos tiempos en que los años parecían más largos que ahora, otras fechas se sumaron y en mi casa apareció Halloween.

Sí, Halloween me emociona, es tal vez la fecha en la que más recuerdo a mi hijo espiritual,  Mauri, es sin lugar a dudas su fiesta favorita, casi tanto como su cumpleaños. Es una fecha que se incorpora debido al estudio del inglés como lengua extranjera. Es una fiesta de origen celta, campesino, como muchas otras que la celebran fundamentalmente en los Estados Unidos.


 ¿Es foránea? ¿No va con nuestras tradiciones? Y yo me pregunto ¿qué no es foráneo, si hasta nosotros,  muchas veces, lo somos?,  ¿no podemos agrandar nuestras tradiciones agregando una más?,  ¿es demasiado comercial? y …¿hay algo que no lo sea? Los niños comen muchos dulces, pues, que se laven bien los dientes al sacarse el disfraz.

Hoy en su día, tengo una fuerte presencia de Mauri, me lo imagino por allí disfrazado, asustando amigos, pidiendo dulces en Punta del Este. Esta noche cuando los niños toquen a mi puerta voy a ver la manito estirada de Mauri niño en ellos. Y ya que en la otra dimensión, la espiritual,  no hay ni fechas, ni tiempo,  ni espacio, deseo que Mauri sienta permanentemente la alegría y la emoción que sentía al salir disfrazado en Halloween ¿Puedes concebir una tradición más hermosa?










Malena Algorta

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