El cachibachito sigue creciendo feliz y contento, la vida sigue su curso y de alguna manera Mauri nos acompaña y permite toda ésta felicidad, es muy lindo sentir su protección.
Ayer fuimos a San Lucas al Ginecólogo con Chechi y Maite So, ellas iban en el asiento de atrás, interesadas una en la otra y nada más. Yo cantaba feliz como los pájaros y a mi lado sentía la presencia de un copiloto sin igual. Recuerdo que a Mauri, que nunca manejó, le encantaba oficiar de copiloto, cuando Gastón lo dejaba o Fabi, que siempre monopolizan el primer asiento. Así que en el hermoso paisaje de montaña, océano y desierto, bañado de recuerdos, continuamos nuestra rutina veraniega y vivmos nuevas experiencias cabeñas. Esa presencia de Mauri me acompaña siempre y en parte el cachibachito tiene mucho de esa fuerte energía.
Gracias Mauri y...¡gracias por existir!
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