viernes, 25 de septiembre de 2009

Gladys y familia

Muchas veces los encuentros y los amigos se producen en momentos inesperados, fortuitos, en parte ésto da color a nuestro camino por la tierra. El dejar el país,  buscando un nuevo horizonte es un gran cambio, en estos tiempos de globalización lo minimizamos pues nos parece que el mundo es una aldea, al menos con respecto a nuestros ancestros vascos, por ejemplo que nunca más volvieron a su tierra; pero igualmente es un momento de crisis, entendiendo por ésto cambio y oportunidad. Siguiendo con los griegos ellos tomaban la expulsión de la polis, el destierro, como el castigo máximo para un ciudadano...(solo lo aplicaban a los traidores)....y si, dejar el lugar donde naciste y viviste, es complicado.
Un tiempo después de aterrizar en estos hermosos y desérticos parajes, llegaron a nuestra casa desde el lejano Uruguay Gladys y familia, resultado de lo cual convivimos en un caluroso otoño cabeño 10 personas en una casa que no tenía digamos la mejor organización, se imaginan que no pudimos traer todas nuestras cacharpas de Punta . Mauri disfrutó mucho estos meses de familia uruguaya ampliada, estaba realmente feliz, era descaradamente el preferido de Gladys, colaborador y fiestero, característica que se le agudizaba en los albores de su adolescencia.
Así tanto programaba el televisor para ver los partidos de fútbol, unía la compu con el X-Box, como practicaba pilates, bailaba o hacía "la llama" una macacada que Janín le festejaba mucho.
Los últimos recuerdos que tengo de Mauri sano y feliz, los tengo junto a ellos, por eso para mí es entrañable recordar los asaditos en la azotea de la casa (complejos pues había que subir todo por una escalera caracol muy empinada) pero geniales, podíamos sentir el fresco de la noche, miles de estrellas del hemisferio norte, muy nuevas y diferentes, algún sonido de ranchera o de alguna ceremonia cristiana ...y el compartir nuestro día y nuestros sueños todos juntos. Mauri charlatán, cominedo mucho y tomándonos el pelo a quienes comíamos chile-morrón con queso.
Un año y unos meses después de esos felices momentos Gladys estaba junto a nosotros despidiendo a Mauri en la funeraria de la paz, viajamos entre los cerros con el hermoso aunque ya deteriorado y ahora inservible cuerpo físico de Mauri, un último paseo por las montañas , las sierras y el desierto. Nuestras almas unidas para siempre otra vez.
Por eso los amigos se encuentran en los momentos más inesperados.

Gladys,  exactamente 3 años después de su salida del paisito, deja nuevamente su lugar para volar, ahora más cerquita, por un cambio mejor, pero ya nuestras almas no se van a separar nunca, nos une "la llama".

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