sábado, 26 de diciembre de 2009

EL CHANQUETE DE RINCON DEL BONETE: DON WALTER FRANK

Para quienes tuvimos el privilegio de una linda infancia,  esta se convierte en un recurso frecuente,  que tenemos a la mano,  como una  tabla de salvataje cuando estamos con "la depre".  A veces, una imagen o un aroma nos lleva con la imaginación a  ese lugar hermoso en el que vivimos de niños y una sonrisa o una lágrima de emoción,  nos entenrnece por un instante. Es  un pensamiento recurrente en ciertas situaciones; es la anécdota frecuente; es siempre una enseñanza y por supuesto es, en fin, ¡un paraíso interior!


Así, sin duda,  nos ocurre a aquellos que vivimos a fines de los 60s y los 70s  en Rincón del Bonete, represa hidroeléctrica en el centro del Uruguay.


Rincón era un poblado mágico, producto de un Uruguay de bonanza que ya se iba, 36 familias vivíamos en ese lugar, nuestros padres trabajaban en Ute, y en esa Represa que no conocía la automatización.


Sin pagar alquiler, ni agua, teléfono, luz eléctrica (obvio) ni la leche...No es difícil comprender que los antes chiquilines, ahora adultos no añoremos esa edad de oro de Rincón.


Vivíamos en un balneario con deportes, Club Social y hasta su propio lago, con su exclusivo yatch...
Don Pancho


Estar unos días en Rincón como invitado, oficial o de alguna de las familias habitantes era estar en el Pancho.


Si, Rincón tenía su barco privado para el conocimiento del lago y diversión de todos.


No se sabe bien como,  pero ese viejo remolcador estaba allí desde que los alemanes trajeron los materiales por los años 37, controvertidos tiempos....

Vista del lago

Lago e islas



Y junto con el Don Pancho,  se "uruguayizó" su entrañable capitán, así que,  yatch con capitán extranjero y todo....¡que elegante!


Walter Frank era todo un personaje, inolvidable para quienes tuvimos el placer de conocerlo, en especial siendo niños. La conclusión clara es que le encantaban los niños.


Mezcla de gringo gaucho y marinero, piel curtida, nariz ancha, calva surcada por ondulados cabellos que plateaban canas, mirada penetrante y burlona.


Don Walter hablaba su media lengua, cuidaba al Pancho orgulloso, ayudado por un paisano simpático, Don Guito.


Le gustaba la cerveza,(como a todo alemán), también,  pescar y jugar al ajedrez, otro de sus orgullos. Excelente en el ajedrez, parece que lo veo horas pensando su jugada frente al tablero, en el Club Social de Rincon,  ¡los niños en silencio! y zas..¡jaque mate!


Don Walter organizaba la agenda para el tour recreativo del barco, todas las familias lo podían usufructuar, reservando previamente con su afamado capitán,


El lago maravilloso y agreste ha quedado en nuestras retinas, es una experiencia marina jamás olvidada. Las nenas nunca tuvimos el privilegio de ir a pescar y pasar la noche en el camarote, solo reservada a los hombres, alguna frustración de genero nos quedó por allí.


Esa agenda, a veces,  se interrumpía,  por alguna visita oficial, Presidentes, electos y de los otros, así como, militares del momento, disfrutaban el exclusivo tour bonetero.


Don Walter atendió con amabilidad y franqueza a todos, en especial a los niños.


Nos ayudaba a pescar con su pócima mágica, que jamas reveló su composición, pero era imbatible. La tiraba, con elegancia cerca de las cañas y enseguida picaba, ¡pescabas un pejerrey!


Rincón, también tuvo entre sus personajes típicos,  su propio Chanquete, misterioso, entrañable, toda una enseñanza de vida.


Los niños lo rodeábamos, tenia en torno a su persona un ala de misterio, a veces nos regalaba una historia, le atribuíamos una novia, de su lejana Alemania, un viejo retrato que guardaba en su Camarote. (En un marco de madera en forma de timón).


Don Walter nos ayudó muchas veces a conducir nuestras vidas, tal como lo hacía cuando nos dejaba conducir el timón de su barco.


Murió hace unos años en Rincón, lugar de donde nunca se fue, para quienes vivimos en Rincón, está en nuestro corazón, es nuestro propio Chanquete.

No hay comentarios: